Lo que funciona

Silencio. Un silencio incorrecto, invadido de tensión, como los minutos consecuentes a algo que no debería haberse dicho: esa es la clase de silencio que aturde un 14 de marzo durante todo el día a la Universidad de Buenos Aires. 

Felipe Vega Terra, director del CBC de la UBA, se convirtió en el nuevo rockstar del momento. A partir de su presencia en OLGA, el canal de stream más popular, sus respuestas cotizan en el capital más preciado para la cultura mainstream: la hegemonía. Vega Terra alertó en el programa sobre la desactualización del Presupuesto, “tenemos en riesgo actividades básicas de la Universidad. Miles de chicos y de familias preguntan si van a poder empezar por esta situación compleja”.

Mientras tanto, una gran cantidad de estudiantes de distintas facultades no saben qué esperar, pero esperan. 

“Todo lo que es deportes va a desaparecer. Yo represento a la facultad en fútbol y handball, es muy posible que el torneo de este año no se haga. Lamentablemente, es lógico, no hay plata y esto es de lo primero que se recorta”, declara a Agencia UCES Luana Ruboni, estudiante de Abogacía. 

El director del CBC asevera sobre el presupuesto: «un 87% es sueldos y el resto para gastos de funcionamiento: pagar servicios públicos, impuestos, comprar insumos, limpieza». De ese número, que fue actualizado por última vez en 2023, hoy queda algo, poco, un absurdo si se considera que la inflación acumulada en la actualidad es del 300%. 

“Desde que empecé a cursar, hace cuatro años, jamás vi un pronunciamiento formal o adhesión a ningún paro, movilización, etcétera de mi facultad. A partir del recorte, no solo se sumaron, por supuesto, a la campaña Cuidemos lo que funciona, sino que cerraron las puertas. Los profesores nos contaron que era una situación que no vivían desde los 90”, amplía Ruboni. 

Todo está pendiente, lo que viene es difuso, hay una probabilidad, pero también hay una esperanza. El futuro, sea cual sea, está por verse. Qué es, entonces, lo que se ve. 

“Es difícil hablar de cambios ahora, pero porque recién arrancamos la cursada. Sin embargo, lo que ya se puede notar es un aumento fuerte en los materiales de producción. En el caso de mi carrera, las impresiones están muy caras. Sin embargo, todos sabemos que hablar de la FADU no es lo mismo que hablar de la Facultad de Derecho y que la Facultad de Derecho tampoco está en la mismas condiciones que la Facultad de Filosofía y Letras, por ejemplo. Eso es algo que hay que contemplar. De todos modos, como ayudante de cátedra y, junto a diferentes docentes, nos tomamos el tiempo para tener esta charla, no desde un lugar de militancia, sino como: che, esto está pasando”, reflexiona Axel Yupanqui, estudiante avanzado de Diseño Gráfico.

En otro punto del mapa universitario, la respuesta no se aleja demasiado: “cambió mucho el costo de las impresiones o de los artículos de librería, por ejemplo. Hasta hace unos pocos meses el Centro de Estudiantes tenía precios súper económicos, bueno, ya no. Y mi perspectiva es que va a ser peor a largo plazo. Pienso en que muchos docentes se van a ir, se van a reducir las ofertas de cátedras y las inscripciones, que ya son complejas, van a ser un caos. Esta situación hace que no puedas anotarte en materias y, en definitiva, que te lleve más tiempo terminar la carrera”, explica Luana. 

La incertidumbre es un punto en común y, ante la duda, la postura tanto de docentes como la de cientos de estudiantes es advertir, es reflexionar, es cuidar porque funciona.

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